domingo, 30 de septiembre de 2012

La independencia de los hijos


Cada día, los hijos se van más tarde del hogar. Es más, hay cuarentones que viven y dependen de sus padres. Parecería que estamos fallando en el proceso de separación, independencia y de crear individualidad.
Es irónico lo que pasa. Los padres dedican su vida a hacer felices a sus hijos y el resultado es la infelicidad pues ellos nunca aprenden la autosuficiencia, nadie los preparó para eso.

En aras de una felicidad mal entendida, los padres les dan todo y más: clases de música, deportes, el mejor colegio, felices cumpleaños, viajes exóticos y, en fin, un exceso de gratificación. Estos padres se sacrifican no sólo monetariamente sino en todo sentido para que sus hijos tengan lo mejor del mundo. Pero al ver crecer a estos hijos estamos viendo que se vuelven no solo cómodos sino exigentes. Son niños que han crecido con tanta atención y preocupación alrededor de su felicidad que se quieren bastante a sí mismos, pero a nadie más. Esa autoestima no es buena. 

Les hace difícil dar a los demás y por lo tanto sus interacciones emocionales son conflictivas. Esto no pasó con generaciones anteriores. Jóvenes cuyos padres no se preocuparon tanto por la felicidad de sus hijos sino por la de ellos. Y los resultados fueron gente trabajadora, luchadora y sobretodo independiente. Eran padres que no sobreprotegían (tal vez porque no había tantos peligros) y les dieron más libertad hasta para cometer errores, lo cual les llevó al desarrollo de un buen sentido de responsabilidad e identidad.

¿Qué vamos a hacer entonces con los hijos de hoy, egoístas, cómodos y dependientes? La respuesta es obvia: Ponernos las pilas y exigirles. Hacer acuerdos sobre lo que sí y lo que no se puede. Enseñarles lo que se llama 'juicio de realidad'. Hacerles ver que tienen que ganarse las cosas y que todo tiene un límite que hay que respetar. Una tarea esencial es enseñarles el buen manejo del dinero desde muy temprano. Si quieren algo extra, que trabajen y lo consigan. Ver que sus padres buscan su propio bienestar como personas y pareja será un buen ejemplo para estos hijos.

Es importante que vean que así como los padres hacen sacrificios por ellos, también merecen privilegios y respeto. Ya, más adelante, ellos se ganarán esas comodidades pero por sus propios méritos. Prepare entonces a sus hijos para que labren su felicidad.

Ojalá que con el primer sueldo que ganen se les exija algún aporte para la casa. Si no, ahí los tendrán pegados, cómodos pero poco productivos posiblemente bastante infelices.
Reflexione. Cualquier día es bueno para cambiar de estrategia en la crianza de los niños de hoy.


Por Annie de Acevedo, Psicóloga.

La independencia de los hijos


Cada día, los hijos se van más tarde del hogar. Es más, hay cuarentones que viven y dependen de sus padres. Parecería que estamos fallando en el proceso de separación, independencia y de crear individualidad.
Es irónico lo que pasa. Los padres dedican su vida a hacer felices a sus hijos y el resultado es la infelicidad pues ellos nunca aprenden la autosuficiencia, nadie los preparó para eso.

En aras de una felicidad mal entendida, los padres les dan todo y más: clases de música, deportes, el mejor colegio, felices cumpleaños, viajes exóticos y, en fin, un exceso de gratificación. Estos padres se sacrifican no sólo monetariamente sino en todo sentido para que sus hijos tengan lo mejor del mundo. Pero al ver crecer a estos hijos estamos viendo que se vuelven no solo cómodos sino exigentes. Son niños que han crecido con tanta atención y preocupación alrededor de su felicidad que se quieren bastante a sí mismos, pero a nadie más. Esa autoestima no es buena. 

Les hace difícil dar a los demás y por lo tanto sus interacciones emocionales son conflictivas. Esto no pasó con generaciones anteriores. Jóvenes cuyos padres no se preocuparon tanto por la felicidad de sus hijos sino por la de ellos. Y los resultados fueron gente trabajadora, luchadora y sobretodo independiente. Eran padres que no sobreprotegían (tal vez porque no había tantos peligros) y les dieron más libertad hasta para cometer errores, lo cual les llevó al desarrollo de un buen sentido de responsabilidad e identidad.

¿Qué vamos a hacer entonces con los hijos de hoy, egoístas, cómodos y dependientes? La respuesta es obvia: Ponernos las pilas y exigirles. Hacer acuerdos sobre lo que sí y lo que no se puede. Enseñarles lo que se llama 'juicio de realidad'. Hacerles ver que tienen que ganarse las cosas y que todo tiene un límite que hay que respetar. Una tarea esencial es enseñarles el buen manejo del dinero desde muy temprano. Si quieren algo extra, que trabajen y lo consigan. Ver que sus padres buscan su propio bienestar como personas y pareja será un buen ejemplo para estos hijos.

Es importante que vean que así como los padres hacen sacrificios por ellos, también merecen privilegios y respeto. Ya, más adelante, ellos se ganarán esas comodidades pero por sus propios méritos. Prepare entonces a sus hijos para que labren su felicidad.

Ojalá que con el primer sueldo que ganen se les exija algún aporte para la casa. Si no, ahí los tendrán pegados, cómodos pero poco productivos posiblemente bastante infelices.
Reflexione. Cualquier día es bueno para cambiar de estrategia en la crianza de los niños de hoy.


Por Annie de Acevedo, Psicóloga.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Los beneficios de la lectura para los niños



Los beneficios del libro para los niños son incalculables y para toda la vida. En mi caso, se creaba un lazo de comunicación. El contacto visual y el juego de voces hacía que interactuemos de forma intuitiva, inclusive habían oportunidades de ayudar a que expresen sus ideas y sentimientos. Era gratificante verlos imitar los sonidos y las caras. Son momentos que nos permiten establecer una comunicación saludable de respeto, yo escucho tu haces silencio y viceversa.

Llevemos a nuestros hijos a querer leer, a buscar saber, a adentrarse en el mundo del arte, del dibujo y de la imagen a través de las ilustraciones. Aumentemos su habilidad de escuchar, desarrollar su sentido crítico, aumentar la variedad de experiencias, y crear alternativas de diversión y placer para ellos a un bajo costo que nos alimenta el compartir día a día. De paso, así aprendemos a convertir fácilmente las palabras en ideas, imaginar lo que no hemos visto y con esto conseguimos explorar en la situación emocional del personaje, probando sensaciones como el peligro, el misterio... Nuestros hijos aprenden valores comunes. El de ser un buen niño, hijo, hermano, primo, y amigo, por ejemplo, con un cuento como el de Peter Pan.

Nuestros hijos desarrollan conciencias conociéndose a sí mismos, formando criterios, sin contar que la lectura nos ayuda a escribir y a relacionarnos mejor socialmente. Nos podemos valer de la lectura de cuentos para ser empáticos en situaciones difíciles. Hoy día parece ser que el interés por la lectura ha experimentado un crecimiento por parte de los niños. Las editoriales de libros infantiles no solo aumentaron la cantidad de productos como también mejoraron su calidad. Si damos un paseo por las librerías y bibliotecas infantiles, podemos encontrar una infinidad de libros vestidos con las más curiosas ilustraciones, rellenos de los temas más interesantes... ¡Cada día son más irresistibles!

Además de esa oferta de libros, se nota también que se han creado espacios de lectura exclusivamente para los niños en las escuelas, bibliotecas, etc. Asimismo, los libros ya ocupan espacio incluso en muchas habitaciones de niños, desde su edad más temprana. Eso demuestra que los padres están cada día más conscientes del valor de la lectura. Y eso, estarán sumamente agradecidos por el resto de sus vidas.